sábado, 11 de abril de 2015

Estimulacion temprana

Atención Temprana


Se entiende por Atención Temprana el conjunto de intervenciones, dirigidas a la población infantil de 0-6 años, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con trastornos en su desarrollo o que tienen riesgo de padecerlos. Estas intervenciones, que deben considerar la globalidad del niño, han de ser planificadas por un equipo de profesionales de orientación interdisciplinar o transdisciplinar”

Objetivos:

·         Reducir los efectos de las discapacidades sobre el conjunto global del desarrollo del niño.
·         Optimizar, en la medida de lo posible, el curso del desarrollo del niño
·         Introducir los mecanismos necesarios de compensación, de eliminación de barreras y de adaptación a necesidades especificas
·         Evitar o reducir la aparición de efectos o déficits secundarios o asociados producidos por un trastorno o situación de alto riesgo
·         Atender y cubrir las necesidades y demandas de la familia y el entorno en el que vive el niño
·         Considerar al niño como sujeto activo de la intervención

Ambiente de aprendizaje

El término ambiente se refiere al conjunto del espacio físico y las relaciones que se establecen en él: los afectos, las relaciones interindividuales entre los niños, niñas, adultos y adultas; y, entre niños, niñas y sociedad en su conjunto; de allí que, la organización del espacio físico, los materiales y el tiempo sean instrumentos básicos que poseen  el maestro y la maestra para concretar las acciones pedagógicas en los Centros de Educación Inicial Bolivarianos.
El ambiente de aprendizaje está constituido por cuatro dimensiones: física, funcional, temporal y relacional, las cuales están interrelacionadas entre sí; de manera tal que deben ser analizadas en interacción con las otras.
La dimensión física está vinculada al tamaño y condiciones estructurales del espacio y a los materiales, mobiliario y equipos dispuestos en él; al mismo tiempo que, contempla los aspectos estéticos y ambientales. Al respecto, es importante señalar que el espacio físico debe ser mayor para los niños y las niñas entre los cero (0) y tres (3) años de edad; en tanto que, a medida que el niño y la niña crece, requiere menor espacio.
Los espacios físicos deben ser higiénicos, confortables, amplios, bien diferenciados y de fácil acceso. Cada espacio de trabajo debe ser acogedor, agradable, con buena iluminación, ventilado, seguro, estable y ordenado; organizado en correspondencia con las necesidades, potencialidades e intereses de los niños y las niñas, y con las peculiaridades de cada región. Es por ello que, la selección de los muebles para los distintos espacios debe estar ligada a la talla y el peso de los niños y las niñas; así como a las características y momentos de su desarrollo. Éstos deben ser cómodos, de buena calidad, resistentes, fáciles de limpiar y de desplazar.
La dimensional funcional es la referida al modo de utilización de los espacios, su polivalencia; entendida como las distintas funciones que puede asumir un mismo espacio físico para el desarrollo de diversas actividades. El espacio debe planificarse sobre la base de las oportunidades a ofrecer para que los niños y las niñas puedan representar, imitar, observar, sentir, tocar, oler, explorar, descubrir, manipular, construir, armar, separar, comparar, clasificar, crear y cambiar la forma de los objetos.
El espacio debe permitir lecturas de cuentos, poesías y rimas; así como oír canciones, iniciarse en la escritura, propiciar la realización de actividades de dibujo, pintura y modelado. En fin, debe permitir que los niños y las niñas puedan apreciar experiencias sensoriales gratas; incluso, que puedan realizar pequeñas recetas de cocina.
La dimensión temporal se refiere a la planificación del tiempo en una jornada o rutina diaria de atención, debiendo incluir y asegurar las actividades pedagógicas dirigidas, de recreación, colectivas, de pequeño grupo e individuales, estructuradas y no estructuradas; además de los momentos para la alimentación, la higiene, el sueño y el descanso de los niños y las niñas.
La dimensión relacional se refiere tanto a las distintas agrupaciones que se establecen en los espacios, como a las diversas relaciones e interacciones que se dan dentro del espacio interno, externo y las normas de funcionamiento. Las agrupaciones deben responder al número de niños y niñas, características, necesidades, potencialidades y niveles de desarrollo; así como al espacio de que se dispone, el tipo de actividades y el número de adultos y adultas.

La evaluación

La evaluación es un elemento importante del proceso educativo en la educación inicial. Es un proceso educativo continuo y donde intervienen todos los actores del mismo, forma parte de la planificación como proceso global y es el principal instrumento del educador o educadora para tomar decisiones curriculares, ya que suministra información, en lo que se refiere a la marcha general del proyecto educativo integral comunitario, al proceso de desarrollo y aprendizaje de niños y niñas, así como a su propio desempeño.

En la educación inicial, la evaluación del desarrollo y de los aprendizajes del niño y la niña de 0 a 6 años es concebida como un proceso permanente de valoración cualitativa de los aprendizajes adquiridos y de sus potencialidades así como de las condiciones del entorno que lo afecta.

La planificación

La planificación en el nivel inicial es un proceso dinámico que parte de la necesidad de una intervención educativa activa, planificada e intencional, con el objeto de asegurar los aprendizajes significativos para el desarrollo integral del niño y la niña.
Tiene como propósito facilitar la organización de elementos que orienten el proceso educativo. En la educación inicial se considera un proceso dinámico que parte de una mediación educativa activa, planificada e intencional, con el objeto de garantizar los aprendizajes significativos para el desarrollo integral del niño y la niña. 
Es una herramienta técnica importante que, propicia la toma de decisiones. La planificación es compartida entre maestros, niños/as, familia y comunidad, se enfoca sobre los problemas ideas y situaciones relevantes y auténticas.
El docente el cual es el planificador, es un adulto activo que media, facilita, propicia, coordina, evalúa y planifica el proceso de aprendizaje, lejos de ser un simple intermediario que busca un producto y un rendimiento. La planificación del docente debe tener presente cuales son las áreas de aprendizaje, los componentes y los aprendizajes que se esperan lograr en cada una de las diferentes planificaciones

Áreas de aprendizaje

Las áreas de aprendizaje son también las áreas de la personalidad, las cuales deben cubrirse en los diversos niveles de la enseñanza, para garantizar la formación integral. Las áreas de aprendizaje están estructuradas por diferentes componentes tal y como se refiere a continuación:
 Formación personal, social y comunicación
La inclusión de esta área en el currículo está ampliamente justificada, en la medida en que hace referencia al derecho que tiene el niño y la niña de que se le garanticen la seguridad y confianza de sus potencialidades, lo cual implica la aceptación y el aprecio de su persona, el conocimiento de su cuerpo, de su género, la construcción de su identidad como persona e integrante de una familia y una comunidad, a partir de las interacciones con otras personas: grupo familiar, maestros, maestras y otros adultos y adultas. Asimismo, destaca la importancia de que el niño y la niña estén en posibilidad de tomar decisiones y de resolver, de acuerdo con su nivel de desarrollo, las situaciones que lo y la afectan, tanto básicas como de relación con otras personas y su ambiente; que adquieran confianza para utilizar su posibilidades físicas, intelectuales, emocionales y sociales para enfrentar diversos retos.
Además, implica un proceso que se produce desde el nacimiento y es un referente para que el niño y la niña se reconozcan como personas; al mismo tiempo que conozcan total y parcialmente su cuerpo, sus posibilidades motoras y puedan experimentar, disfrutar y expresarse a través de este; elementos significativos para el desarrollo del ser social.
El conocimiento de la historia debe estar enmarcado en el fortalecimiento de la identidad y el sentido de pertenencia del niño y la niña a su grupo social, localidad y país, creando vínculos de afectividad por todo lo que le rodea. También, debe permitirles identificar y comprender lo propio, sentirse ciudadanos y ciudadanas libres, dignos y dignas de representar con orgullo nuestra historia y cultura dentro y fuera de la República Bolivariana de Venezuela.
 El área de formación personal, social y comunicación se considera mediadora de las demás, en tanto que las distintas formas de comunicación y representación sirven de nexo entre el mundo interior y exterior de los niños y las niñas. En ella, se articulan la comprensión, utilización del lenguaje y las otras formas de representación que permiten expresar los sentimientos y emociones, con el propósito de convertirlos en una fuente de disfrute y placer; al mismo tiempo que propicia el aprender a comunicarse en contextos múltiples y establecer relaciones sociales progresivamente complejas.

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